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Las elecciones de mitad de período el 8 de noviembre de 2022, los latinos y el imponderable

Marcos Cordeiro Pires / Thaís Caroline Lacerda | 06/08/2022 20:52 | ANÁLISIS
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 A menos de 100 días de las elecciones de mitad de período programadas para el 8 de noviembre, diversos sondeos recopilados por el portal Fivethirtyeight muestran una posible victoria del Partido Republicano y la pérdida del control demócrata hacia la Casa de Representantes. De acuerdo con el portal, las chances de victoria de los republicanos son de 80 a 20. En Senador, investigaciones apuntan una ligera ventaja a los demócratas de 58 a 42 sobre los republicanos. Es necesario considerar que la Casa de los Representantes renovará todos los 435 asientos, mientras el Senador serán renovadas sólo 35 sillas, de las cuales 21 son ocupadas por republicanos y 14 por demócratas. Por ello, las chances de los demócratas de extender la mayoría tiende a consolidarse.


Las elecciones de mitad de período tradicionalmente dan a los opositores una ventaja hacia los situacionistas. Las promesas de campaña difícilmente se materializan en la primera parte del mandato presidencial. Por un lado, ellas aún no han fructificado a tiempo de influir en el cambio en la percepción de los electores. Por otro lado, ellas son bloqueadas por el partido de oposición. En las elecciones de 2018, por ejemplo, los demócratas vieron que las promesas de Trump no avanzaban, entre ellas, la construcción de una pared en la frontera con México.


En el caso de las elecciones de 2022, el gobierno de Joe Biden afronta grandes dificultades, ya que no logró llevar adelante sus principales promesas como reestructurar la energía, el aumento de impuestos sobre los millonarios, la reforma de la inmigración o la ampliación de la asistencia social. Para empeorar a todo, tuve que lidiar con la turbulenta desocupación de Afganistán, con el aumento de la inflación y, más recientemente, con los impactos negativos de la guerra en Ucrania.


En el contexto actual, el mal rendimiento de Biden contrasta con el de otros presidentes que encontraron en una guerra en el extranjero la oportunidad de unir a los ciudadanos americanos en los alrededores de la figura presidencial. En que pese el hecho de que ambas las Casas del Congreso se hubieran alineado en apoyo de los Estados Unidos la OTAN y al gobierno de ucrania, la población no parece estar cohesionada en apoyo a la guerra, principalmente por cuenta de un efecto secundario del conflicto: el recrudecimiento de la inflación, principalmente por cuenta del aumento de los precios de los combustibles. 


En este sentido, las expectativas económicas pueden empeorar, una vez que Federal Reserve empezó a una brusca elevación de las tasas de intereses indicando un deterioro de las condiciones económicas a medio plazo. Es bueno recordar que la economía de los Estados Unidos retrocedió por dos trimestres consecutivos en 2022. que configurarse como una recesión técnica.


Para intentar revertir de los efectos inflacionarios en los combustibles, el gobierno Biden retrocedió a su intención de acelerar a la reestructuración de la energía, una vez que fue obligado a apoyar el aumento de la producción interna de petróleo para disminuir el impacto de las sanciones a Rusia acerca de los precios de combustibles. En marzo, Biden autorizó a la liberación de 30 milleones de barriles de petróleo de las reservas energíticas de los EUA para compensar la queda en la oferta internacional. Además de eso, el gobierno estadounidense aflojó las sanciones contra Venezuela, se acercó al gobierno y presionó a la OPEP para aumentar el suministro mundial de petróleo. La promesa de Biden de reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 tendrá que retratarse, frustrando así a importantes segmentos de su electorado, en particular los más jóvenes.


Según una encuesta publicada por CNN el 28 de julio, “75% de los votantes demócratas y de tendencia demócrata quieren que el partido nomine a alguien que no sea el Presidente Biden en las elecciones de 2024. (...) La encuesta llega cuando los índices de aprobación de Biden siguen siendo bajos y la mayoría de los estadounidenses están descontentos con el estado del país y la economía. La inflación sigue siendo alta y un nuevo informe publicado el martes (2 de agosto) mostró que la confianza del consumidor cayó por el tercer mes seguido.


Las recientes decisiones de la Corte Suprema de los Estados Unidos también contribuyen a perturbar el desempeño del gobierno demócrata. El 9 de julio discutimos este tema en el Latino Observatory. Las decisiones acerca de inmigración, porte de armas, restricciones a la Agencia de Protección Ambiental (EPA) y el aborto han influido en los sentimientos de los electores.


Sin embargo, vale la pena señalar que la reversión de la decisión “Roe vs Wade” se ve como una oportunidad para movilizar a los votantes del partido demócrata. Una vez que la Corte Suprema suspendió la decisión, Joe Biden instó a los votantes a elegir un Congreso que pudiera asegurar el derecho en la ley. Esta semana, a través de un plebiscito, la población del estado conservador de Kansas optó por garantizar el derecho al aborto. Según Associated Press, “los votantes de Kansas enviaron el martes (2 de agosto) un mensaje contundente sobre su deseo de proteger el derecho al aborto, rechazando una medida de votación en un estado conservador con profundos vínculos con el movimiento antiaborto que habría permitido a la Legislatura controlada por los republicanos restringir o prohibir el precedimiento inmediatamente. Fue la primera prueba de sensibilidad de los votantes luego de la decisión de la Corte Suprema de los EE.UU. en julio que anuló el derecho constitucional al aborto, proporcionando un resultado inesperado con posibles implicaciones para las próximas elecciones de medio de período”. Como resultado, crecieron las expectativas de que los demócratas pudieran movilizar su militancia frustrada para votar fuertemente en las elecciones de noviembre.


A menos de 100 días de las elecciones, llaman la atención dos hechos aparentemente inconexos: la visita de Nancy Pelosi a Taiwán y el asesinato del líder de al-Qaeda Ayman al-Zawahiri. Ambos hechos tuvieron una gran repercusión en los medios estadounidenses e intentan revertir la mala imagen que dejó la administración de Joe Biden cuando las tropas estadounidenses abandonaron Afganistán en agosto de 2021. La oposición republicana busca vincular la imagen de Joe Biden a un liderazgo débil y vacilante, más aún tras el inicio del conflicto en Ucrania. 


La visita de Nancy Pelosi a Taiwán, en la que reforzó el apoyo estadounidense a la autonomía del territorio chino, disgustó profundamente a las autoridades de Pekín, pues viola acuerdos bilaterales en los que Washington reconoce el principio de una “única China”. Por cierto, en una reunión por videoconferencia entre Biden y Xi Jinping, el presidente estadounidense había reforzado al compromiso del país con este principio. Sin embargo, de cara a las elecciones de noviembre, Nancy Pelosi buscó aprovechar el sentimiento antichino que se ha ido acumulando en los últimos años para buscar ventajas electorales para su partido, oponiéndose al discurso republicano y mostrándose aún más antichina ante la población. Fue una estrategia de marketing para tratar de revertir la derrota de su partido en las próximas elecciones y la pérdida de su puesto como presidenta de la Cámara de Representantes.


El otro hecho mediático fue el asesinato del líder de al-Qaeda en un ataque con drones en Afganistán. Según la BBC, Joe Biden justificó el asesinato de al-Zawahiri porque “excavó un rastro de asesinato y violencia contra ciudadanos estadounidenses (...) De su escondite, coordinó las sucursales de al-Qaeda en todo el mundo, incluido el establecimiento de prioridades para proporcionar orientación operativa y ordenar e inspirar ataques contra objetivos estadounidenses”. Al traer de vuelta la imagen de Osama Bin Laden y Al-Qaeda, la administración de Biden busca revivir el sentimiento de ira de los estadounidenses que se formó con los ataques del 11 de septiembre de 2001. Esto coincide con el aniversario de la salida desorganizada de Afganistán cuando se devolvió el poder al grupo talibán. Una vez más, el objetivo es reforzar la imagen de fuerza de un gobierno visto como débil.


Finalmente, las elecciones de noviembre traen una gran incógnita: la adhesión de la comunidad hispana al Partido Demócrata. Los medios estadounidenses han destacado la victoria de la inmigrante mexicana Mayra Flores en el distrito 34 de Texas, en los condados de Brownsville y Corpus Christi, donde el 84% de la población es de origen latino. El Latino Observatory destacó a la victoria de Flores. Entre 2012 y 2020, la proporción de votos demócratas para el presidente cayó del 61% (Obama) al 51% (Biden). El mejor desempeño de los republicanos entre los latinos está alentando al Partido Republicano a aumentar el apoyo financiero para sus candidatos al Congreso.


Los republicanos también están pidiendo a los latinos que suavicen las reglas de inmigración para los trabajadores agrícolas apoyando la “Ley de Modernización de la Fuerza Laboral Agrícola” bipartidista. Según NPR, la ley, que ya fue aprobada por la Cámara de Representantes y está a la espera de la aprobación del Senado, “Permitiría que más agricultores - como productores de lácteos y cerdos - contrataran a trabajadores temporales durante todo el año. Actualmente, la ley de inmigración solo permite la contratación estacional, justo en el momento de la cosecha. También satisfaría algunos objetivos de los defensores de los derechos laborales, proporcionando un camino hacia la legalización para los trabajadores que muestran un buen historial dedicado aol trabajo agrícola”.


Todavía en el sentido de unir al GOP y a los latinos, el Comité Nacional Republicano anunció la oferta de un curso de civismo de 10 horas, un requisito previo para la entrevista de naturalización de los candidatos a la ciudadanía estadounidense. Según The Hill, “RNC está haciendo crecer nuestro Partido a través de la educación y el compromiso de proporcionar oportunidades para que todos vivan el sueño americano está ampliando a nuestra base porque nuestras ideas transcienden todos los orígenes (...) a diferencia de los demócratas, los republicanos no damos por hecho a las comunidades minoritarias y seguiremos trabajando para ganar todos los votos antes de noviembre”, dijo la presidenta de RNC, Ronna McDaniel”.


A pesar de la población latina/hispana estar entre los segmentos más afectados por la inflación, de tener mayor incidencia de Covid-19 y de aún se frustrar con las pocas acciones para cambiar a la política inmigratoria durante el gobierno de Biden, aún es improbable que los republicanos puedan obtener la mayoría de los votos de esta población. Las primarias ya muestran la fuerza de la ala más radicalizada, precisamente de las personas susceptibles a las teorías de la Gran Substitución o Q-Annon, por no mencionar la duras críticas a la Teoría Racial Crítica. Por ejemplo, el portal FiveThirtyEigth estima que las chances demócratas de ganar en el 34° de Texas son grandes: 86%! El candidato demócrata Vicente Gonzalez ganaría a Mayra Flores por un margen de 10,3%.


A tres meses de las elecciones, el escenario más probable es de una victoria de los republicanos en la casa de los representantes es una victoria demócrata en el Senado. No obstante, queda por ver como el imponderable irá a jugar a sus cartas. La victoria del derecho al aborto en el estado de Kansas es parte de ese “imponderable”.

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